Contrariamente al prejuicio de que la madera no presenta una buena resistencia a la intemperie (ya hemos tratado el tema en la cuarta edición de las news), la misma es una excelente solución a la hora de materializar equipamientos urbanos.
Un clásico, en muchas plazas y parques en nuestro país, son los bancos hechos a partir de listones de madera.
Durante mucho tiempo este tradicional equipamiento de madera fue sustituido por otro de hormigón, no por ser este más resistente, si no básicamente por cuestiones de vandalismo. Ya desde hace unos años afortunadamente se ha vuelto a emplear la madera en la confección de bancos para espacios públicos. Con nuevos diseños, es frecuentes verlos en parques y paseos públicos.
Originalmente para estos equipamientos se empleaban maderas duras de gran resistencia a la intemperie y la biodegradación. A estas hoy se suman los pinos y eucalyptus que con los tratamientos adecuados presentan similar resistencia.
También en la actualidad se han difundido enormemente el uso de decks tanto en espacios urbanos como en sectores y recorridos de parques.
Otro elemento clásico de equipamientos urbanos son las pérgolas o superficies de sombra. Para estos usos la madera es uno de los materiales más difundidos.
En estos casos también podemos contar con madera laminada encolada para su materialización.
Para estos usos de intemperie es necesario emplear colas de uso exterior según indicaciones de Norma IRAM, y las maderas que forman parte de las piezas deben tener resistencia natural a la intemperie o bien estar tratadas para evitar su biodegradación.
En algunos casos la madera, y en particular la madera laminada encolada se suman al arte para formar parte de esculturas urbanas.